Scars.

Odio tu inmadurez, odio que creas que tienes siempre la razón, odio tus inseguridades, odio tus celos, odio tu control, odio tu pasotismo y odio tu ego, TU PUTO EGO.
De que creas que tu eres el único que importa en esta relación, de que no te pueda decir nada, de que se haya roto la confianza que teníamos entre nosotros. Que me mientas, que seas un falso.
Y sin embargo no te odio, odio algunos componentes que te rodean, pero tu...tu en ti mismo no.
Aunque seas el mismo de siempre hay cosas que se deben cambiar, no tiene que ser ahora mismo, pero si no se cambia...a largo plaza acabará roto.
No te pido que cambies, me encantas. Te pido que mejores, porque me estoy agobiando en una gota de agua. 
Deseo que madures, que te comas tu orgullo y que pienses en mi, que me des la razón a veces aunque no la tenga, que confíes en mi, que me des libertad y espacio para ser yo misma, que te importe y te interese. 
Que seas cariñoso, como siempre, pero que luego no llegues con mentiras y niñerías.
Y sobre todo, quiero que me quieras. Y que si estas conmigo aceptes todas las consecuencias.

 

En la cuerda floja.

Y de repente ocurre. Un hecho inesperado que arruina la confianza del otro. 
Y ahí estas tú, sin saber que decir, sin saber que hacer. Dándole vueltas a la cabeza. 
 ¿Rendirse o luchar un poco más? Tantos momentos vividos, tantos besos, ¿y para qué?
Para llegar al extremo donde no hay vuelta atrás. Y cuando lo has dado todo por perdido, tienes a esa persona delante, con la que has pasado tantos momentos importantes y lo único que se te ocurre es llorar hasta deshidratarte.
Aunque haya sido una tontería, siempre será la misma la que tenga la culpa. Pese a ser una víctima, pese a intentarlo tras cada fracaso. Todo por unos celos...
En este tiempo caigo en la cuenta de lo que quiero. Si, me gusta salir, disfrutar, y me gusta el. Claro que le quiero, y se que las cosas no volverán a ser idénticas. Pero yo no me rindo fácilmente.  
Voy a estar ahí, buscando esa estabilidad, volviendo al mismo punto de partida donde todo iba bien.
Hay que dejar pasar los comentarios ajenos y escuchar al corazón. Por muy cursi que suene. Tu cabeza te dirá lo que debes hacer, lo que es mejor para ti, pero...¿qué es lo que realmente quieres?
Yo, por ahora, lo sé. Intentarlo de nuevo y, si no puede ser, rendirme. Pero al menos lo habré intentado.

Mi muro infranqueable

Sueños...hablemos de sueños. Cuando todo esta a favor tuyo y solo hay un mínimo obstáculo que impide que puedas dejarlo todo y empezar de cero. Y esa piedra en el camino podría ser tu familia, tu madre. Pero, ¿qué pasa cuando no es tu madre? Sino... LA MADRE DE OTRO. Y más en concreto la madre de tu novio.
Al final, y por muchas vueltas que le de, el problema siempre recae en lo mismo. Con el apoyo de mis padres para cumplir mis sueños y triunfar solo hay una persona que me lo impide, y de forma indirecta además. Ya que ese estilo de vida a derivado en su hijo, mi novio. Y, por ende, me perjudica.
¿Irme lejos de aquí? No es capricho, sino ambición. Porque, ¿que es esta vida sin un propósito? Sin una meta, sin una película que ver o sin una persona a quien amar.
Esta bien que el amor en una relación lo es todo, pero existen subcategorías que interfieren, y una de ellas es lo planes de futuro.
No existen planes de futuro cuando yo deseo viajar, vivir y disfrutar. Y el quiere quedarse, amoldarse a la vida que le ha otorgado su madre y que, sin ninguna duda, el recibe sin doblegarse.
Creo que existen dos clases de personas en el mundo, las que dominan su vida y las que miran como pasa.
Yo soy de las primeras, y...si mi destino es quedarme atada a yunque sin poder avanzar...creo que te equivocas.
Seré lista, por ahora esto es lo que quiero, durará lo que tenga que durar. Pero el día que subamos de nivel y no andemos al mismo compás, cada uno tendrá que gobernar su vida por separado.
Tristemente, es fatídico que una persona no sea capaz de gobernarse porque su madre ya lo haya hecho. Una madre controladora y gobernanta y, ¿que más da la opinión de la gente? Aunque esa opinión sea de una madre. Si, ella puede opinar pero no puede manipular y decidir por su hijo.
Este problema no existiría si su hijo no lo permitiera.
A pesar de todo, somos jóvenes y a mi, nadie me va a decir que hacer o que no hacer con mi vida.

                                        

¿Porque tendría que cambiar? Si nadie más lo va a intentar.

Después de mucho pensar, el consejo es siempre el mismo, hablar. Todos necesitamos 5 minutos para que alguien nos escuche, para que por una vez los problemas no sean solo nuestros.
Parece que mi cielo esta un poco despejado después de tanta tormenta.
¿Si terminará? Eso no se puede saber, es cierto que todo acaba de una manera o de otra, y que de todas ellas la muerte es la peor manera.
Acabar con un chico puede asustar, y yo...me he asustado sin que todavía pase. Eso puede pasar con cualquiera, solo hay que saber quien vale la pena lo suficiente como para arriesgarte, con quien aprovechar tus "siempres".
Y, como una mujer sabia me dijo, el que es para ti no te lo va a quitar nadie. Pase lo que pase.
Un poco de positivismo es lo que necesitaba, y madre mía, que bien sienta.
Y, ¿sabes que? No eres perfecto amigo. La chica que conociste tampoco es perfecta. Lo único que importa es si sois perfectos como pareja.

 Merece la pena arriesgar.

           

             

'Si no crees en el amor, ¿Qué es lo que te queda?'

Delirios de cordura.

Si ni siquiera se como empezar, tengo tantas cosas en la cabeza... Y lo pienso una y otra vez y no veo solución posible. Y... es que...tengo dudas.
Y es la peor duda que podría tener, ¿que hacer con mi vida? Y en concreto, con mi vida amorosa.
¿Soy demasiado joven para atarme? ¿Es el indicado? Y, lo más importante, ¿Durará?
Nunca digas siempre, hay que darse cuenta de que esa persona de la que estas enamorada tiene imperfecciones y defectos que son irremediables. Además, todos tenemos cosas que no nos gustan, pero solo hay que asumirlo.
Cuanto más tiempo pasa...más duele y más dolerá. ¿Seremos capaces de querernos a pesar de los errores? No todo es perfecto, pero...¿eres tu con el que quiero levantarme cada mañana? 
Lo bonito de toda relación son los principios, indiscutiblemente. Y, una vez que pasa el tiempo, lo peor es perder esta magia y esa química, pero lo que se debe hacer es quedarse con alguien por comodidad. 
Esta claro que el amor es lo más importante. Lo que yo me pregunto es si a pesar de ese amor, este chico es lo suficiente bueno para mi. 
Creo que se lo que necesito, madurez. Y no por mi parte, necesito un chico maduro, que sepa tomar las riendas de su vida y que nadie le diga lo que tiene que hacer. 
Necesito que me quieran más que nunca cuando estoy mal, necesito sinceridad. Saber cuando es el momento de un beso y cual el de una conversación.
Y, solo espero, que mi cabeza se aclare pronto y me de un poco de tranquilidad.

Agotadamente destruida.

Todos tenemos malos días, eso no se puede negar. Pero, llega un día en el que intentas mirar a tu futuro a la cara y resulta que el pasado te persigue como una bala, a kilómetros por hora y te da directo. Directo al corazón. 

Miro todos mis recuerdos y, ¿que son? Sólo eso, recuerdos. Amistades que se fueron y, ¿que queda? 

No es la primera vez que esto me ocurre, y no será la última. Y siempre me pasa a mi, que me siento... Que no me siento. 

Que escribo para que nadie me lea y si grito, nadie me va a escuchar. 

Tener muchos amigos o pocos, al final todos acabamos en el mismo final. Solos. Estando solos, sintiéndonos solos.

Y, cuando aparece esa persona que siempre has esperado, que has soñado con ella hasta que un día, de repente, se hizo real. Esa persona que nos entiende, que esta a nuestro lado resulta, que un día y sin percatarnos, no nos entiende. 

Y que no nos entienda nadie es lo que se hace más difícil de llevar. 

Miles de palabras para explicarlo, y lo repites una y otra vez. Nada. 

Miras atrás y entonces, es cuando te das cuenta de que este pequeño cáncer viene de antes. De cuándo tu le escribías tu vida, le dedicabas canciones, le dabas tu vida. El se limitaba a darte un par de líneas y el hilo se enredó hasta convertirse en lo que es ahora. 

Una tormenta gigante que no has podido ver hasta que no has tenido delante. Y, ahora, no puedes ver el sol. 

Esperar, esperar, esperar a que el de el primer paso tiene que ser mi salvación.

Existen 3 tipos de hombres...

Existen 3 tipos de hombres: Con los que puedes tener una conversación inteligente, los que te empotran salvajemente contra la pared y los que les puedes presentar a tus padres.
Puedes encontrar a un chico de cada categoría, incluso que pertenezca a dos, pero, ¿un tío que lo tenga todo? Difícilmente.
Quizás nos conformamos con el amor que creemos merecer, nos exigimos, pero al ver que el chico perfecto no existe, nos conformamos.
O quizá el problema esta en que los chicos se han quedado en la etapa de jugar a los videojuegos y se han olvidado de madurar, quizá se les ha olvidado ser hombres.
Todas las mujeres desean a ese chico que les de estabilidad, es decir, el que puedes presentarle a tus padres, el que tiene un buen trabajo, es educado...pero detrás de todo eso quieres a alguien con el que puedas hablar y más que nada, que te escuche y te comprenda, pero ¿quién está ahí cuando lo necesitas? Todos piensan en sí mismos y les ciega el ego.
Pero una buena conversación no acabaría bien sin un beso inesperado, un polvo en la alfombra o una simple señal de que el toma la iniciativa.
A lo mejor es mucho pedir, que nosotras somos unas exigentes, pero más bien son expectativas.
Yo solo espero ser feliz.